domingo, 12 de abril de 2009

Y el exorcismo terminó...


Y el exorcismo se llevo a cabo. Si, este llego a su fin en el momento en que supe de ti. Y es que todas las cosas son relativas. Por algo Einstein dedico tantos esfuerzos y tanto de su tiempo para desarrollar una teoría que llegase a explicar situaciones dentro del campo físico. No sé si al mismo tiempo se dio cuenta de la utilidad de esta misma teoría dentro del campo de las relaciones interpersonales pero, bien que se puede aplicar. En fin, todo es relativo.
Hace un mes, quizás más, quizás menos, yo estaba deshecho moral, espiritual y sentimentalmente por alguien que, yo pensaba, se había alejado de mí por el simple hecho de no amarme. Había llegado a pensar muchas cosas: que yo no fui suficiente para ella, que nunca la complací en lo que ella deseaba a su lado como pareja, que me había usado, que yo era un perdedor y que mi suerte era un tipo de bailarina que se acercaba a mí y, un segundo después, se alejaba dejándome muchas dudas sobre que tan buena compañía soy. Llegue a pensar de todo.
Eso es normal, dirán algunos. Cuando uno ama, ese tipo de pensamientos es algo muy común. Hasta llegue a abrir este blog para desahogarme y escribir algunas cosas que me parecían interesantes. Pero, el ser humano a veces cae en depresiones, en sensaciones indeseadas y pronto terminé por darme cuenta de que no llegaba muy lejos al colocar mis desgracias personales en esta página. Eso lo pensé hasta hace unos días.
Y es que mi exorcismo se llevo a cabo de la manera más inverosímil. Casi se puede llegar a decir que se dio sin querer, sin pensar y sin darme cuenta de ello.
Y es que hace unos días la encontré de nuevo. Encontré su voz, su presencia, su luz. Era ella, sin lugar a dudas. Era la mujer más bella que he visto en toda mi vida. Pero, algo había cambiado. Ya no era la misma.
Por alguna razón, su humor estaba muy diferente, su voz no hablaba de amor, de paz, de aves, de Steve Mc Queen, de House, de flores, de Paris, de Colette, de los gatos, de la pasión. No, no hablaba sobre nada de eso.
Por alguna razón, su voz solo hablaba de rabia, solo expresaba eso, solo estaba llena de resentimiento, de una ira que, sinceramente, no me esperaba. Y es que yo pensaba que yo era el único que sufría en todo esto. En todo momento estuve pensando: “el que se va, no tiene razón para sufrir”. Me equivoque. Ella dio el primer paso, es cierto, ella me dijo que debíamos terminar. Yo di el segundo paso, me alejé ya que no podía soportar no estar a su lado, no verla conmigo, imaginarme una vida alejado del que considero un ser maravilloso. ¿Cómo no verme como un pelele al haber perdido a alguien así?
Y llegue a pensar que ella estaría muy bien, que estaría feliz, viviendo su vida, que estaría llena de alegrías y sueños y esperanzas y flores y Paris y aves y hámsteres y tucanes y estrellas y música. Y de amor. De un amor que yo no le estaría brindando porque, lo mas probable sería que, ella debía estar con alguien que la amaría. Me equivoque.
En su voz ya no hay felicidad, en su voz ya no hay paz. En su voz sólo hay rencor. Y lo entiendo, lo comprendo. ¿Cómo no odiarme? Aparezco en su vida de nuevo, después de mes y medio en el que estuve desaparecido y no le escribí o llame para saber como estaba. Sé que ella no lo hizo pero, como en un baile, ambos dimos ese paso: el alejamiento.
No hablaré de culpables, de por que llegamos a esto. No hablaré de por que la extrañé tanto, no hablaré de cómo sentía que cada día que pasaba era una tortura. No hablaré de cómo llore por dentro todos estos días por su ausencia. No hablaré de cómo extrañaba sus llamadas cerca de las 12 de la noche, de ese sisear que tiene tu voz, de lo dulce de su tono, de lo mucho que extrañé su mirada al sonreír. No hablaré de cómo sentía pasión en todo lo que hacía y cómo, de la manera más silenciosa que podía, la admiraba. No hablaré de eso o de muchas otras cosas.
Voy a hablar sobre cómo no me siento feliz al ver que ella se ha encerrado en si misma, en cómo me duele muchísimo ver que me detesta y que no desea saber de mí porque, para ella, soy alguien que solo la utilizó. Vaya, ahí esta un poco el lado irónico de todo esto porque yo pensaba lo mismo y también estuve encerrado en el odio que me generó el ver que ella estaba bien y ya no deseaba estar más a mi lado. Tal vez sea una adicción pero, sólo con saber de ella, sólo con escucharla, mi vida volvió a llenarse de alegría, de esperanzas. Aunque sólo fuese parcialmente.
Por lo pronto, si me lo preguntan, los objetivos han cambiado mucho. Siento que mi prioridad ahora está dividida entre demostrarle que no soy el patán que piensa que soy y, por otra parte, enseñarle un lado bueno, sacarle alguna sonrisa, hacer que su corazón vuelva a latir de pasión, no por mí, sino de alegría. Yo sé que ella no volverá a estar conmigo. Supongo que ese es mi destino, supongo que yo lo escribí al haberme alejado ese mes y medio. Pero, siento que por ahora lo que debo hacer es volver a demostrarle que no todo el mundo es como ella piensa. Qué sí, que el mundo es una porquería pero, aún así, merece una oportunidad.
Ella es una gran persona y sé que ahora no desea saber de nadie, que no desea saber de nada pero yo deseo ayudar, apoyarla, demostrarle que aunque estuve un mes y medio sin saber de ella y ella no supo de mi, nunca, ni un solo día, dejé de pensar en ella, de tenerla dentro de mi… porque, aunque me duela admitirlo ya que sé cuál es mi destino, aún la amo… la amo muchísimo…

¿Por qué?


En un principio, este blog iba a estar dedicado a generalidades, quizás cosas que tuviesen que ver con la actualidad y lo que pienso sobre algunas cosas que veo y de las que me entero. Creo que eso se mantendrá. Sin embargo, por un buen tiempo y por una buenas líneas, el tema central de todo esto será una persona y como tiene que lidiar con la idea de una perdida.
Resulta difícil tener que afrontar el que una persona ya no vaya a estar a nuestro lado. La perdida es algo totalmente irreparable y aquellos que están relacionados con la perdida terminan por no entender el por que de la situación. Suelo hacer una analogía entre la pareja que termina de la noche a la mañana y sin mas razón que la carencia de amor y la familia de un muchacho que termina por suicidarse. En ambos casos, nadie entiende realmente cuales fueron las razones para eso.
Por una parte, en el caso de la pareja, esta pasa meses llenos de alegrías, de momentos y, de repente, sin señales, terminan porque una de las partes “no siente amor”. ¿No es similar al hijo que se suicida y deja a todo el mundo con preguntas sin responder? Esto es algo que queda aun mas demostrado, si cabe, por el hecho de que el alejamiento después de ese rompimiento es total. Entonces, ¿todo eso que se vivió durante esos meses juntos, que fue todo eso? Tal vez, solo fue un poco de esa “nada” que llena a las relaciones de vez en cuando. Quizás fue un hoyo negro temporal que supo tragarse unos cuantos meses de mi vida.
Así, sólo vacío, sólo unos meses vacíos en los que nadie supo que paso, no quedan más que algunos rastros de momentos de dudosa credibilidad. También algunas fotos que certifican (no totalmente, ya se sabe lo que se puede hacer hoy en día con unos buenos programas de edición de fotos) que en algún momento había alguien a mi lado y que yo era alguien que se veía feliz. Un momento, ¿realmente soy yo? Magnolias para mi, vale la pena preguntarse eso.
Recuerdo esa tarde. Recuerdo como estaba perdido en medio de un centro comercial cualquiera, buscando a alguien que nunca había visto en persona, solo en fotos. Recuerdo que aun sin haberla visto directamente a los ojos, me había impactado por su forma tan directa al decir las cosas. Creo que yo necesitaba un poco mas de esa franqueza demostrada por ella al decir que no me amaba pero, un poco antes. Unos meses antes.

 

¿Qué lleva a alguien a querer desaparecer tan repentinamente de la vida de otras persona? ¿Cansancio? ¿Hastío? ¿Aburrimiento? ¿Sexo? Un sabio dijo por ahí que todo resume en el sexo, en la abundancia o carencia de este. Pudo haber sido esa la razón. Quizás, de ahí pueda sacar esas ganas que note en sus ojos por querer hacerlo la última vez que la vi. Quizás era lo que denominan “mercy fuck”. Aunque, en este caso cabria mejor el termino “farewell fuck”. Fue un muy buen “farewell fuck”.
De cualquier manera, creo que no me habría gustado una despedida tan dolorosa, tan parecida a la primera. Si, hubo una primera despedida. Extraño, ¿no? Cuando uno piensa que las cosas van bien, cuando uno piensa que esta de lo mejor, llega el día en que uno se encuentra con que las cosas que se pensaban correctas no eran mas que una simple ilusión. Por ejemplo, el haber visto tantas y tantas sonrisas, miradas de pasión, tantas caricias furtivas llenas de entrega, queda totalmente resumido en una simple nada. Creo que la misma nada a la que se refería tantas y tantas veces el viejo Ernest en sus escritos. Esa sensación de vacío, de que todo lo vivido es tan fútil, tan simple y fugaz. En un momento tienes a la novia más bella del mundo a tu lado y, un segundo después, ni siquiera tienes a una mujer a tu lado. De eso hablaban el y Unkle, ¿no?
Bueno, retomando un poco la base del escrito de hoy, ¿Qué lleva a una persona a terminar tan repentinamente con alguien? Mmm, eso es un poco complicado de responder. Empecemos por pensar que la persona no termina de la noche a la mañana con otra, pensemos que el terminar no es más que el resultado de noches y noches de pensar, de razonar en torno a este dilema. Entonces, una persona que esta sumida en eso termina por pensar: ¿termino o no termino? Y, es aquí cuando empieza a sopesar razones, de ambas partes, para tomar, de manera definitiva, una decisión.
Ahora, el ser humano es complejo, es cierto, pero, siempre da señales sobre las cosas que le pasan. Por ejemplo, si a alguien le desagrada la actitud de una persona cuando habla, tratara en lo posible de alejarse de esa persona o, al menos, de evitar entablar conversaciones con ella. Eso es algo lógico.
Lo que no es lógico es el no demostrar ninguna señal de desagrado, de molestia, de deseo de terminar con una relación y, de la noche a la mañana, hacerlo. Creo que solo noté una sola señal en ella. Al estar almorzando en el lugar que se había hecho nuestro (el restaurant de sushi frente al Lido), me comento que si en algún momento yo deseaba terminar con ella, que se lo podía comentar sin problemas y de manera abierta.
En el momento, no entendí muy bien el significado de toda es frase pero, tiempo después, ella adquirió todo su significado. De ahí que se piense que a veces las cosas no son lo que parecen y que un final no lo es tanto después de un tiempo. Claro, toda regla tiene su excepción y, después de más de un mes sin tener noticias de ella, ¿Por qué no pensar que esta es una de esas pequeñas excepciones con las que nadie contaba?
Bien, esta mas que claro que hay cosas con las que uno no cuenta y esta más que claro, también, que a veces la gente llega a ser tan inexpresiva que deja a cualquiera desconcertado con sus acciones. Supongo que lo que aun no termino de entender es la pregunta sencilla: ¿Por qué?
¿Vale la pena seguir preguntándose cosas así? Muchos dicen que no, que las cosas como esas hay que dejarlas pasar, que solo hay que seguir adelante. Tal vez tengan razón, pero, la pregunta queda como ese corazón delator: ¿Por qué? Y a ella se pueden adjuntar una serie de preguntas parecidas: ¿desde hace cuanto tiempo lo pensaba?, ¿fue por algo que hice o dije? O peor, ¿fue por algo que no hice? Algún día, espero, esas preguntas llegaran a tener una respuesta.
Por los momentos, solo cabe señalar que el desconcierto se une a la necesidad por encontrar una salida a todo esto que me embarga. Siento que la necesito, siento que me hace una falta tremenda y, cada día que pasa, siento que pierdo mas y mas de mi junto a su recuerdo. Ya ni entrar a sus blogs puedo, ya ni ver sus páginas. Todo se ha convertido en una gran nada…

Un final...


A veces, los finales no son únicamente finales. A veces, todo lo que viene marcado por un punto término, un punto final, no es solo eso. A veces, las cosas esconden mucho más allá de lo que la realidad nos indica y los finales no se escapan a esta casi regla.
A veces, las cosas resultan más sencillas de afrontar una vez que son vistas desde otro ángulo, desde otra perspectiva. Por eso, a veces, un final no significa un punto término; a veces, un final puede ser un comienzo.
Empezar a escribir en un blog a partir de esta premisa que no llega a serlo es o puede resultar un poco contradictorio para aquella persona que está poco enterada de todo el final que he mencionado. Seria un poco lo que denominan “falta de contexto” o “estar fuera de contexto”.
Sin embargo, en la vida, en gran cantidad de ocasiones, uno como individuo se encuentra sumido en una serie de contradicciones momentáneas que luego, con el paso del tiempo, terminan de tomar forma y de aclararse ante nuestros ojos. Por eso, aunque esto parezca un final para algo, para una historia, este no es más que un comienzo. Por eso, aunque todo esto de la creación de un blog es algo que estoy iniciando hoy, siento que debo iniciarlo con un final. Con el final de la historia que viví junto a la mujer que amo y a la que aún no puedo dejar de amar.
De esta forma, comienzo mi exorcismo…